
Estas grullas tienden a cacarear mucho, sobre todo mientras vuelan. Todo ese ruido capta la atención de las águilas, las cuales se abalanzan sobre ellas y se las comen. Las grullas experimentadas evitan esta amenaza recogiendo piedras lo suficientemente grandes como para que les llenen la boca. Esto les impide cacarear. . . convirtiéndose así en el almuerzo de las águilas.
La gente también tiene problemas con la boca. El escritor de Proverbios dijo: «El que guarda su boca, preserva su vida; el que mucho abre sus labios, termina en ruina» (13:3). «Los labios del necio provocan contienda, y su boca llama a los golpes» (18:6). ¡Cuántos de nuestros problemas se podrían evitar si aprendiéramos a controlar nuestra lengua! ¡Cuánto del dolor que causamos a los demás se podría evitar si guardáramos el habla!
¿Tienes problemas con la lengua? Prueba esto: pídele ayuda al Señor. Piensa antes de hablar. Que tus palabras sean pocas. Seguir esa fórmula puede ser tan eficaz como una piedra en la boca. -RWD
SI NO PIENSAS LO QUE DICES PODRÍAS TERMINAR DICIENDO TODO LO QUE PIENSAS.
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