El Regalo Navideño del Rubí

martes, 29 de diciembre de 2009

Debí sentirme más feliz. Faltaban tres días para Navidad y conducía sola por un camino rural en nuestra comunidad montañosa entregando galletas hechas en casa a los encerrados.

Había pasado los últimos dos días con amigos de la iglesia, mezclando harina, dándole forma a las bolitas, derritiendo chocolate, horneando docenas y docenas de todo tipo de galletas navideñas. Habíamos cubierto cada superficie en mi cocina con galletas, riéndonos fuertemente de nuestros chistes y cantando fuera de tono.

Sostenía una conversación con mi Señor acerca de la muerte de mi mamá cuatro meses antes. Habíamos tenido esta conversación anteriormente y cada vez el Señor me había dado paz. Y sin embargo, surgían una y otra vez: las mismas preguntas. Una y otra vez: "¿Por qué tuvo mi santa madre que soportar tantos años de dolor extremo antes de morir? ¿Por qué no tengo paz sobre dónde se halla en este momento? ¿Por qué, Señor, por qué?"

Entregué todas las galletas que me habían sido asignadas, saludando calidamente a los encerrados que no tenían ni idea de la batalla que libraba por dentro. En mi última parada, una dama, al aceptar la caja de galletas, me besó en la mejilla y susurró: "Eres un ángel, ¿lo sabes?"

Nada más lejos de la realidad y yo lo sabía.

De vuelta en el auto, conduje una corta distancia, y me detuve junto a una desgastada cerca de rieles y me estacioné. No había casas a la vista. Apoyé mi cabeza sobre el timón y lloré. Extrañaba a mi mama. Esta sería mi primera Navidad sin ella. No tenía paz en mi corazón sobre dónde se encontraba. Conocía bien el versículo aquel que plantea que "estar ausente del cuerpo es estar presente con el Señor". Sin embargo, lloré sola en aquel camino, incapaz de aceptar la paz que Dios estaba ansioso de darme.

Finalmente, desesperada y sin pensamiento alguno de precedente bíblico, le pedí al Señor una señal. Una señal de que le importaba; una señal de que me había oído: una señal de que me amaba.

Secándome los ojos, regresé a casa donde preparé en silencio la cena para mi esposo. Estábamos solos; nuestros hijos, ya casados, viven en otra parte del estado.

A la mañana siguiente, mientras me vestía para la iglesia, mi esposo se volteó rápidamente sorprendido y me preguntó: "¿Dónde lo hallaste?"

"¿Hallar qué?" pregunté, arreglándome la falda delante del espejo.

"¡El rubí!" ripostó. "¿Es ese tu rubí sobre la sobrecama?"

Me apresuré a la cama, tome el rubí, lo sostuve contra mi pecho y comencé a llorar.

Un año antes, mi esposo y yo habíamos celebrado un importante aniversario de bodas. Mis hermanos, juntando sus recursos, me habían regalado un hermoso rubí en una sencilla cadena de oro. La siguiente semana y de manera inexplicable, la piedra se había soltado de su montura y nunca fue hallada, dejándome angustiada en extremo.

Lo había buscado por casi un año, barriendo las alfombras, revisando los desvanes, mirando en los lugares menos probables por este rubí que me había ligado amorosamente a mis hermanos con fuerza umbilical.

Y ahora, esta mañana de domingo, el rubí apareció de la nada en el centro de nuestra sobrecama. Y algo más curioso aún es que la cama había sido hecha menos de media hora antes.

Mi esposo, percibiendo mi sospecha, colocó sus manos firmemente sobre mis hombros y me aseguró que, como cristiano, él podía afirmar que no sabía nada del paradero del rubí o cómo había terminado en nuestra sobrecama. Mirándole a lo profundo de sus ojos, le creí.

Giré la piedra preciosa de un lado para otro en la palma de mi mano. ¡Cuán parecido a las maneras de Dios! Él sabía de mi fe defectuosa. Me sorprendió con gozo.

No podía haber otra explicación... y no la busqué tampoco.

Los milagros... ¡son realmente algo especial de parte de Dios! Mientras que algunos se niegan a sí mismos toda posibilidad de lo milagroso, aduciendo una racionalidad casi irracional, muchos otros se aferran a la esperanza de una intervención sobrenatural de parte de Dios en momentos particulares de sus vidas. Así, en realidad no hay dos milagros iguales... ni producen el mismo efecto en las personas que los reciben. En esta época navideña quiero compartirles esta historia "milagrosa" que, aunque para muchos pudiera no significar nada, para la autora representó un "mundo" de diferencia. Cuando, con sinceridad, nos acercamos al Señor, Él sabrá contestarnos según no sólo nuestra necesidad, sino también según Sus planes para nuestras vidas... y eso siempre podrá incluir lo milagroso. Que Dios les continúe bendiciendo.

Jose Rodriguez Martinez
Jeanette Lopez Castillo

Si con la primera señal milagrosa no te creen ni te hacen caso dijo el Señor, tal vez te crean con la segunda. Exodo 4:8

Haré distinción entre mi pueblo y tu pueblo. Esta señal milagrosa tendrá lugar mañana. Exodo 8:23

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Tradiciones Atesoradas

lunes, 28 de diciembre de 2009

"HO, HO, HO", tronó papa despertando a los muchachos la mañana de Navidad, y siempre a una hora estrafalaria. ¡Como antes del amanecer! El niño en él no podía esperar más, y el gritaba "ho, ho, ho" yendo y viniendo por el pasillo hasta que salíamos tambaleándonos de nuestras habitaciones. Entonces decía con un brillo en su ojo: "Creo que Santa ha estado aquí, ¡acabé de oír algo sobre el techo!" Ese resonante "ho, ho, ho" es una de las memorias más tiernas de mi niñez.

¡Gracias a Dios, su "ho, ho, ho" nunca paró! Una vez dejé el hogar, si pasaba las fiestas con mis padres, uno podía esperar escuchar el familiar "sonido del pasado" haciendo eco por el pasillo en la mañana de Navidad. Era algo muy sencillo pero definitivamente una tradición, y una en la que papá se deleita hasta el día de hoy, a la edad de 86 años.

Para algunos, el pronunciar "ho, ho, ho" podrá no sonar como la definición de una tradición, pero de acuerdo con Merriam-Webster, la misma es: un patrón habitual de pensamiento, acción o conducta heredado o establecido.

¡Cierro mi caso en lo que respecta a memorias de mi primera y favorita tradición navideña! Tristemente, algunas veces nuestras viejas tradiciones se disipan, pero siempre hay nuevas esperando ser creadas. ¡Y eso puede pasar cuando uno menos lo espera!

La tradicional colgada de calcetines sobre la chimenea cesó cuando los muchachos supimos que Santa vivía en nuestras mentes. Pero por accidente, aquella vieja tradición renació hace algunos años, pero esta vez para los "chicos más viejos" en la familia. Como si viajásemos atrás en el tiempo, de nuevo tuvimos calcetines rebosantes la mañana de Navidad.

Mientras hacía mis compras un año, constantemente me tropezaba con tazas y cosillas bonitas. Cada una de ellas parecía saltar y gritarme: "¡A mamá le gustaría esto!" O, "¿No le gustaría esto a la mamá de Jerry?" También fue durante una brecha generacional, así que ningún hijo estaría con nosotros para la festividad. Así que no habría calcetines colgando de la chimenea.

Finalmente no pude soportarlo más y comencé a llenar mis bolsas de compra con cositas diversas, y una taza única para cada persona. A continuación me sorprendí a mí misma comprando calcetines baratos como una forma de presentar estos regalitos especiales. Podía sentir el espíritu de la época remontarse en mí al evolucionar mi plan.

Una sorpresa de mañana de Navidad sería un evento tan inesperado y excitante. A duras penas podía guardarme el plan.

Todos tuvieron que mirar dos veces al deambular por el salón familiar bostezando y frotándose los ojos temprano en la mañana de Navidad. ¡Parecían un grupo de chiquillos dándose cuenta que Santa había estado allí! ¿Quién otro habría colgado y llenado aquellos calcetines?

¡Vaya si fue un gol! Todos expresaron deleite y asombro y parecían como una estampida de renos al correr hacia la cocina para lavar sus tazas para usarlas de inmediato.

No hubo discusión sobre hagamos esto cada año. La única pista de que continuaría fue que todos pidieron quedarse con sus calcetines. Desde ese momento estuvimos en marcha. Y esos calcetines de fieltro baratos pronto fueron reemplazados por unos más grandes y mejores. Sí, ¡a veces "más grande" es mejor!

Los calcetines para los "muchachos más viejos" se han convertido en una tradición principal de nuestra celebración navideña. Con un poco de pensamiento, es sorprendente cuántas cosas maravillosas se han hallado dentro. La mayoría son poco costosas, pero no siempre: CDs, DVDs, corbatas, llaveros, imanes de refrigerador, libretitas personalizadas, toallas de golf, perfumes, todo tipo de dispositivos, dinero en efectivo, medidores digitales de presión de neumáticos, ¡y hasta un localizador de madera en la pared para los que hacen mejoras a su casa ellos mismos!

En lo que respecta a mí, escoger el calcetín perfecto es mucho más mágico que comprar aquel regalo principal.

Un año, el regalo principal de mi esposo estaba enterrado en lo profundo del dedo de mi calcetín. ¡Qué mejor lugar para colocar una pieza de joyería! Casi me desmayo, ya que había sido muy generoso con los regalos en la Nochebuena. Estaba tan contento consigo mismo que se puso insoportable. Pero, no pudo haber pasado sin el calcetín.

Ahora, cuando los miembros de la familia empacan para sus viajes navideños, también empacan sus calcetines. ¡Ha habido un par de ocasiones en las que ha cundido el pánico cuando alguien se dio cuenta de que había olvidado algo tan importante como su misma ropa interior!

¡Así que siempre tengo un par de calcetines de reserva "por si acaso"! Después de todo, esto se ha convertido en una tradición atesorada para los "muchachos más viejos" de esta familia.

Kathleene S. Baker, copyright 2004
¡Tradiciones... tradiciones! Para muchos representan una carga y un tedio... pero creo que, en lo que se refiere a la Navidad , quienes tal piensan pudieran estar abrazando el espíritu del famoso personaje de Cuento de Navidad de Andersen, ¡Don Ebenezer Scrooge! Si bien necesitamos mantener claro el enfoque de la Navidad como la celebración del más grande regalo que Dios nos pudiese haber hecho: Su Hijo, Jesucristo, no cabe duda de que la época demanda derroche de paz y gozo (tal y como cantasen los ángeles hace casi dos mil años).

¿Por qué no revisar nuestras antiguas tradiciones navideñas: cancelar algunas, reactivar o renovar otras, y aún crear nuevas? Hagamos de esta Navidad un evento inolvidable, no sólo para nuestros niños (aquellos que los tengan todavía) sino también para cada uno de nosotros y los que nos rodean. Adelante y que el Señor les bendiga.

Raúl Irigoyen

"Tomad doce piedras de aquí, de en medio del Jordán, del lugar donde los pies de los sacerdotes están firmes, y llevadlas con vosotros y colocadlas en el alojamiento donde habéis de pasar la noche." Llamó, pues, Josué a los doce hombres que había señalado de entre los hijos de Israel, uno de cada tribu; y Josué les dijo: Pasad delante del arca del SEÑOR vuestro Dios al medio del Jordán, y alce cada uno una piedra sobre su hombro, de acuerdo con el número de las tribus de los hijos de Israel.

Sea esto una señal entre vosotros, y más tarde cuando vuestros hijos pregunten, diciendo: "¿Qué significan estas piedras para vosotros?", les diréis: "Es que las aguas del Jordán quedaron cortadas delante del arca del pacto del SEÑOR; cuando ésta pasó el Jordán, las aguas del Jordán quedaron cortadas." Así que estas piedras servirán como recuerdo a los hijos de Israel para siempre. Josué 4:3-7.

La Palabra: Navidad

viernes, 25 de diciembre de 2009

Un profesor de psicología le dio a sus estudiantes un examen de asociación de palabras.

Les dijo que escribieran lo primero que les viniera a la mente tan pronto como él dijera cada palabra. Por ejemplo, si decía «conversación», podían escribir «teléfono» o «diálogo».

Una de las palabras de ese día causó diversas reacciones y asociaciones sumamente interesantes. La palabra era «Navidad».

Estas fueron algunas de las palabras que asociaron con la Navidad: cohetes, fiesta, lechón asado, baile, licor, regalos, árbol y luces. Entre todas las asociaciones no hubo ninguna referencia a Jesucristo, ni siquiera a su nacimiento.

La verdad es que muy poco de lo que hacemos hoy día se asocia con lo espiritual. Muy pocas de nuestras actividades tienen alguna relación con lo divino.

Muy pocos de nuestros pensamientos abordan lo religioso.

Hablamos con vehemencia en contra del materialismo.

Nos sorprendemos cuando alguien afirma que es ateo.

Nos enojamos cuando alguna persona ridiculiza las cosas religiosas. Sin embargo, guardamos muy poca relación con lo espiritual. Claro que de cuando en cuando vamos a la iglesia, quizás una vez al mes o hasta una vez a la semana. Pero muchas veces lo hacemos para salir de una exigencia social.

Desde luego que buscamos a Dios en los momentos de tragedia, pero esto también viene a ser un acto de último recurso, cuando no nos queda otra esperanza en la vida. Mientras tenemos buena salud y disfrutamos de popularidad, mientras nuestros amigos nos acogen y todo nos va bien, no buscamos seriamente a Dios.

Así que aquellas asociaciones con la palabra «Navidad» revelan algo que se expresa en todas las facetas de nuestra vida.

Si aquel profesor les hubiera dicho la palabra que pusimos como ejemplo, «conversación», habría escogido una de las palabras que más debiéramos asociar con la Navidad. Porque a los ojos de Dios, lejos de representar cohetes, fiestas, lechón asado, baile, licor, regalos, árbol y luces, la Navidad fue el principio de un nuevo diálogo que entabló Él con nosotros.

Esa primera Nochebuena, Dios el Padre, mediante el nacimiento de su Hijo Jesucristo, reparó la línea de comunicación con nosotros que se había cortado a fin de que pudiéramos restablecer con Él la comunión que habíamos perdido. De modo que ahora todos podemos tener comunión íntima y constante con Dios.

Él está esperando que respondamos a la llamada celestial que nos hizo por medio de su Hijo. Pues es mediante esa conversación que restablecemos la conexión y mostramos que comprendemos el verdadero sentido de la Navidad.



Este día es una oportunidad para reflexionar sobre el más grande amor demostrado hacia la humanidad. El amor eterno de Dios.

"De tal manera amó Dios a este mundo, que envió a su único Hijo, Jesucristo, para que todo aquel que en él crea no se pierda, más tenga vida eterna" Juan 3:16.

La Estrella de Belén

lunes, 21 de diciembre de 2009

El único, que menciona la estrella de Navidad o de Belén, es San Mateo.

Dice que la estrella precedía a los reyes magos hasta que se paro encima del lugar donde estaba el niño Jesús. Ya en la antigüedad se defendía a la estrella como verdadera.

El teólogo Orígenes (c. 185-253) decía que estaba próxima a la naturaleza de los cometas. Muchas hipótesis aparecieron para explicar el "milagro de la estrella de Belén", tratándolo como un fenómeno astronómico real.

Unas hipótesis apuntan al brillante planeta Venus, pero este planeta ya era conocido en aquellos tiempos, difícilmente pudo ser tomado como algo extraordinario.

Otros señalan el paso de un cometa, concretamente del Halley, pero éste ya había transitado por nuestro sistema solar el año 11 a.C., bastante antes del nacimiento de Cristo. Los hay también que atribuyen la "estrella" a una supernova (explosión de un sol cuya brillante luz puede verse durante meses, incluso de día), pero no hay registros históricos de esa época al respecto pese a que si lo hay de novas observadas en el 135 a. C. y el 173 d. C.

La opinión más razonable y aceptada por muchos la propuso el astrónomo Johannes Kepler en 1606.

Para Kepler, la estrella de los magos no fue otra cosa que la rara triple conjunción de la Tierra con los planetas Júpiter y Saturno. En esta conjunción los planetas se ven como uno solo, los que los hace una luz muy brillante. Los cálculos de Kepler determinaron que la conjunción se dio en el año 7 a. C., lo que resulta compatible con las fechas asignadas al nacimiento de Jesús esbozadas mas arriba.

Un evento como este se dio en 1940-41 y no se volverá a dar hasta el 2198. Kepler conocía los comentarios que sobre el profeta Daniel había escrito en 1497 Arbabanel, un sabio judío. Según Arbabanel la conjunción de Saturno y Júpiter había tenido lugar cuando el nacimiento de Moisés, y tendría lugar otra vez cuando naciera el Mesías.

Arbabanel creía que la liberación traída por el Mesías se efectuaría de acuerdo con el versículo (24, 17 Números) de la Biblia que dice "Y de Jacob se levantará una estrella y de Israel surgirá un cetro."

La explicación mas común consiste naturalmente en creer que Dios creo una estrella que guiase a los Reyes de Oriente y una vez cumplida su misión desapareciera tan rápida y misteriosamente como había sido creada. Fué un milagro? Por qué no, pero tambien Dios usa muchas veces para sus milagros las causas naturales, y el milagro consiste en que estas se realicen en el momento y lugar justos.

Sin embargo, lo más importante en ese tiempo no fue la estrella en el firmamento, sino la Estrella de la Mañana, Jesús viniendo a la tierra para dar su vida por tí y por mí.

¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido? Porque su estrella hemos visto en el oriente, y venimos a adorarle. Mateo 2:2

Entonces Herodes, llamando en secreto a los magos, indagó de ellos diligentemente el tiempo de la aparición de la estrella. Mateo 2:7

Y al ver la estrella, se regocijaron con muy grande gozo. Mateo 2:10

El Diamante Koh-I-Noor

domingo, 20 de diciembre de 2009

El diamante Koh-i-noor se encuentra entre los más espectaculares del mundo. Es parte de las joyas de la corona Británica, presentado a la Reina Victoria por el marajá de la India cuando este apenas era un muchacho.

Años después, cuando él ya era un hombre mayor, el marajá visitó a la Reina Victoria en Inglaterra. Pidió que la piedra fuera traída de la Torre de Londres donde se mantenía guardada con seguridad, hasta el Palacio de Buckingham. La reina hizo según lo pedido.

Tomando el diamante en su mano, él se arrodilló frente a la reina y se lo presentó de nuevo a ella, diciendo: "Su majestad, yo le dí esta joya cuando era un niño, demasiado joven para entender lo que estaba haciendo. Deseo dársela de nuevo a usted en la plenitud de mis fuerzas, con todo mi corazón, afecto y gratitud, ahora y para siempre, en plena conciencia de mi acto".

El día vendrá cuando posiblemente mires hacia atrás y digas: "Estoy agradecido de mis maestros y las lecciones que me enseñaron de disciplina, concentración, arduo trabajo, cooperación y las formas correctas e incorrectas de competir". Incluso más valioso será el día cuando te mires en el espejo y digas: "Conociendo lo que ahora conozco de la vida, sé que es valioso continuar enseñando estas lecciones a mí mismo".

2 Corintios 13:5
Poneos a prueba para ver si estáis en la fe; examinaos a vosotros mismos

El Árbol Confundido

viernes, 18 de diciembre de 2009

Había una vez, algún lugar que podría ser cualquier lugar, y en un tiempo que podría ser cualquier tiempo, un hermoso jardín, con manzanos, naranjos, perales y bellísimos rosales, todos ellos felices y satisfechos.

Todo era alegría en el jardín, excepto por un árbol profundamente triste. El pobre tenía un problema: "No sabía quién era."

"Lo que te falta es concentración", le decía el manzano, "si realmente lo intentas, podrás tener sabrosas manzanas. ¿Ve que fácil es?"

- No lo escuches, exigía el rosal. Es más sencillo tener rosas y "¿Ves que bellas son?"

Y el árbol desesperado, intentaba todo lo que le sugerían, y como no lograba ser como los demás, se sentía cada vez más frustrado. Un día llegó hasta el jardín el búho, la más sabia de las aves, y al ver la desesperación del árbol, exclamó:

- No te preocupes, tu problema no es tan grave, es el mismo de muchísimos seres sobre la tierra. Yo te daré la solución. No dediques tu vida a ser como los demás quieran que seas. Sé tu mismo, conócete, y para lograrlo, escucha tu voz interior. Y dicho esto, el búho desapareció.

- ¿Mi voz interior...? ¿Ser yo mismo...? ¿Conocerme...?, se preguntaba el árbol desesperado, cuándo de pronto, comprendió. Y cerrando los ojos y los oídos, abrió el corazón, y por fin pudo escuchar su voz interior diciéndole:

- Tú jamás darás manzanas porque no eres un manzano, ni florecerás cada primavera porque no eres un rosal. Eres un roble, y tu destino es crecer grande y majestuoso. Dar cobijo a las aves, sombra a los viajeros, belleza al paisaje... Tienes una misión "Cúmplela". Y el árbol se sintió fuerte y seguro de sí mismo y se dispuso a ser todo aquello para lo cual estaba destinado.

Así, pronto llenó su espacio y fue admirado y respetado por todos.

Y sólo entonces el jardín fue completamente feliz.

Y tu... ¿dejas crecer el roble que hay en ti? En la vida, todos tienen un propósito que cumplir, un espacio que llenar.

No permitas que nada ni nadie te impida conocer y compartir la maravillosa esencia de tu ser.

Pero sobre todo recuerda, jamás podrás conocer el propósito de tu vida si no rindes tu corazón a aquel quién te creo. Conocer a Dios es encontrar el propósito de Dios para nuestra vida.

¡Cuán bienaventurado es el hombre que no anda en el consejo de los impíos, ni se detiene en el camino de los pecadores, ni se sienta en la silla de los escarnecedores, sino que en la ley del Señor está su deleite, y en su ley medita de día y de noche!

Será como árbol firmemente plantado junto a corrientes de agua, que da su fruto a su tiempo, y su hoja no se marchita; en todo lo que hace, prospera. Salmo 1:1-3


Hoy… El Señor es Mi Fortaleza – Videos Cristianos

miércoles, 16 de diciembre de 2009

Tú, Señor, eres mi fuerza; yo te amo. Tú eres mi protector, mi lugar de refugio, mi libertador, mi Dios, la roca que me protege, mi escudo, el poder que me salva, mi más alto escondite. Tú, Señor eres digno de alabanza, cuando te llamo me salvas de mi enemigos. La muerte me enredó en sus lazos; sentí miedo ante el torrente destructor. La muerte me envolvió en sus lazos; me encontré en trampas mortales. En mi angustia llamé al Señor, pedí ayuda a mi Dios, y él me escuchó desde su templo; mis gritos llegaron a sus oídos.


El Señor, el Altísimo, hizo oír su voz de trueno desde el cielo; granizos y carbones encendidos. Lanzó sus rayos como flechas y a mis enemigos hizo huir en desorden. El fondo del mar quedó al descubierto; las bases del mundo quedaron a ala vista por la voz amenazante del Señor, por el fuerte soplo que lanzó. Dios me tendió la mano desde lo alto y con su mano me saco del mar inmenso. Me salvó de enemigos poderosos que me odiaban y eran más fuertes que yo. Me atacaron cuando yo estaba en desgracia, pero el Señor me dio su apoyo: me sacó a la libertad; me salvo porque me amaba.



El Señor me ha dado la recompensa que merecía mi limpia conducta, pues yo he seguido el camino del Señor. Jamas he negado de mi Dios. Yo tengo presente todos sus decretos, jamás he rechazado sus leyes. Me he conducido ante él sin tacha alguna; me he alejado de la maldad. El Señor me ha recompensado por mi impía conducta en su presencia. Tú, Señor eres fiel con el que es fiel, irreprochable con el que es irreprochable, sincero con el que es sincero, pero sagaz con el que es astuto. Tu salvas a los humildes, pero humillas a los orgullosos. Tú, Señor me das luz; ti, Dios mío, alumbras mi oscuridad. Con tu ayuda atacare al enemigo y sobre el muro de sus ciudades pasaré.

El camino de Dios perfecto; la promesa del Señor es digna de confianza; Dios protege a todos cuantos en él confían. Quien es Dios, fuera del Señor? Qué otro dios hay que pueda protegernos? Dios es quien me da fuerzas, quien hace intachable mi conducta, quien me da pies ligeros como de cierva, quien me hace estar firme en las alturas, quien me entrena para la batalla, quien me da fuerza para tensar arcos de bronce.

Salmo 18.

Comida para perros

viernes, 11 de diciembre de 2009

Normalmente los productos se prueban primero en animales para comprobar si son aptos para el consumo humano, pero en la compañía Three Dog, sucede todo lo contrario, primero la prueban los humanos antes de sacarla a la venta para los dueños de perros.

Three Dog es una franquicia de pastelerías especializada en alimentos gourmet para perros. Sus productos los prueban primero los humanos. Los cierto es que cada día los perritos y otras mascotas son más mimados por sus dueños a veces más que a los niños.

Cualquier capricho gastronómico que se antoje a un perrito está disponible en una de las 32 tiendas de Three Dog distribuidas por Estados Unidos, además de Canadá, Japón y Corea del Sur.

Todos los productos que se usan en la elaboración de alimentos de Three Dog son aptos para el consumo humano. Harinas integrales, miel, pasta de manzana y la capa de dulce que recubre las tartas son un secreto muy bien guardado.

Lo más triste después de leer esto en pensar en cuantos niños en el mundo van a la cama cada noche sin haber podido tomar aunque sea un vaso de leche y cuantos de ellos durante el día no comen ni una cuarta parte de la calidad de comida que comen muchas mascotas.

Esas son las cosas increíbles de nuestro mundo. No es la voluntad de Dios que vivamos como perros pero si que comamos como algunos perros, especialmente aquellos que tienen manjares porque son las mascotas queridas.

Ojala y al ver la publicidad de las pastelerías para perros seamos movidos a con nuestra mano llena de amor y pan para nuestros niños hambrientos.

Nuestros niños son el regalo más grande que recibimos en la tierra.

Entonces Judá dijo a Israel su padre: Envía al joven conmigo, y nos levantaremos e iremos, a fin de que vivamos y no muramos nosotros, y tú, y nuestros niños Sal 43:8

Y tú manda: Haced esto: tomaos de la tierra de Egipto carros para vuestros niños y vuestras mujeres, y traed a vuestro padre, y venid. Gen 45:19

De los frutos daréis el quinto a Faraón, y las cuatro partes serán vuestras para sembrar las tierras, y para vuestro mantenimiento, y de los que están en vuestras casas, y para que coman vuestros niños. Gen 45:24


Sientate y Toca el Piano

miércoles, 9 de diciembre de 2009

A mi esposa le encantan las antigüedades. A mí no. (Me resultan un poco viejas.) Pero como amo a mi esposa, a veces me encuentro guiando a tres niñas por un negocio de antigüedades mientras Denalyn hace compras.

Tal es el precio del amor.

El secreto de la supervivencia en un negocio de reliquias es encontrar una silla y un viejo libro y acomodarse para soportar la larga jornada. Eso fue lo que hice ayer. Luego de advertir a las niñas que miraran con sus ojos, no con sus manos, me senté en una mullida mecedora con algunas revistas Life de los años cincuenta.

Fue en ese momento que escuché la música. Música de piano. Música bella. De la obra de Rogers y Hammerstein. Las colinas adquirían vida con el sonido de la destreza de alguien en el teclado.

Giré para ver quién tocaba, pero no podía ver a nadie. Me incorporé y me acerqué. Un pequeño grupo de oyentes se había juntado ante el viejo piano vertical. Entre los muebles podía ver la pequeña espalda del pianista. ¡Vaya, sólo es un niña! Dando unos pasos más pude ver su cabello. Corto, rubio y gracioso como... ¡Sorprendente, es Andrea!

Nuestra hija de siete años estaba sentada al piano recorriendo con sus manos el teclado de punta a punta. Quedé anonadado. ¿Qué regalo del cielo es este que pueda tocar de tal manera?

Se habrá activado algún gen que ella heredó de mi familia. Pero al acercarme más, pude ver el verdadero motivo. Andrea «tocaba» un piano automático. No producía la música; la seguía. No tenía el control del teclado, sino que intentaba seguir el ritmo. Aunque parecía ejecutar la canción, en realidad, sólo intentaba seguir el ritmo de una canción ya escrita. Cuando una tecla se hundía, sus manos disparaban.

¡Ah, pero si pudieras haber visto su pequeño rostro, alegre y risueño! Ojos que danzaban del mismo modo que lo habrían hecho sus pies de haber sido posible ponerse de pie y tocar al mismo tiempo.

Me daba cuenta del porqué estaba tan feliz. Se sentó con la intención de tocar «Chopsticks», pero en lugar de eso tocó «The Sound of Music».

Aun más importante era que resultaba imposible que fracasara. Uno más grande que ella determinaba el sonido. Andrea tenía la libertad de tocar todo lo que quisiese, sabiendo que la música nunca sufriría.

No es de sorprenderse que se regocijase. Tenía por qué hacerlo. También nosotros.

¿No nos ha prometido Dios lo mismo? Nos sentamos ante el teclado, dispuestos a ejecutar la única canción que sabemos, pero descubrimos una nueva canción. Una canción sublime. Y nadie se sorprende más que nosotros cuando nuestros esfuerzos endebles se transforman en momentos melodiosos.
Tú tienes una, ¿lo sabes?, una canción completamente tuya. Cada uno de nosotros la tiene. La única pregunta es: ¿la tocarás?
De paso, al mirar cómo «tocaba» Andrea ese día en la tienda de antigüedades observé un par de cosas.

Noté que el piano recibía todo el crédito. La multitud reunida apreciaba los esfuerzos de Andrea, pero conocía la verdadera fuente de la música. Cuando Dios obra, sucede lo mismo. Es posible que aplaudamos al discípulo, pero nadie sabe mejor que el propio discípulo quién en realidad merece la alabanza.

Pero eso no impide que el discípulo se siente en la banqueta. Por cierto que no impidió que Andrea se sentase al piano. ¿Por qué? Porque sabía que no era posible que fracasase. Incluso sin entender cómo funcionaba, sabía que lo hacía.

Así que se sentó al teclado... y fue una experiencia memorable.

Max Lucado.

Aun cuando es posible que no entiendas cómo obra Dios, sabes que lo hace.
De modo que adelante. Arrima una banqueta, siéntate al piano y toca.

Diga, pues, nuestro señor a tus siervos que están delante de ti, que busquen a alguno que sepa tocar el arpa, para que cuando esté sobre ti el espíritu malo de parte de Dios, él toque con su mano, y tengas alivio. 1 Sam 16:16

Y cuando el espíritu malo de parte de Dios venía sobre Saúl, David tomaba el arpa y tocaba con su mano; y Saúl tenía alivio y estaba mejor, y el espíritu malo se apartaba de él. 1 Sam 16:23

Y David y todo Israel se regocijaban delante de Dios con todas sus fuerzas, con cánticos, arpas, salterios, tamboriles, címbalos y trompetas. I Cro 13:8


La Brecha en el Muro

domingo, 6 de diciembre de 2009

La destrucción causada por el Huracán Katrina nos ha traído tantas imágenes poderosas y anonadantes. Diariamente, las cosas que hemos visto en televisión nos han movido con compasión, tocado nuestros corazones y motivado a responder.

Una de las imágenes que me impactado mucho fue la del masivo trabajo de reparar la brecha en una de los diques.

Mientras observaba un flujo continuo de bolsas de arena siendo dejados caer por helicópteros, parecía como que los mismos desaparecían en lo profundo del abismo. Me preguntaba si se podría completar jamás la reparación necesaria.

¡Qué gozo ver el dique, días después, con la brecha reparada y sacos de arena por encima del nivel del agua!.

En el Salmo 51:6 leemos: “Tú (Dios) amas la verdad en lo íntimo y en lo secreto me has hecho comprender sabiduría”.

Dios desea que Su verdad sea establecida dentro de nosotros. Su verdad puede compararse a una pared protectora que nos protege de las dañinas mentiras del enemigo.

La pared protectora de la verdad ayuda a establecer nuestros corazones en amor y gracia. Provee un ambiente positivo en el que nuestros espíritus pueden alimentarse y nuestra fe crecer.

Cada vez que permitimos a una de las mentiras de Satanás entrar en nuestro corazón, creamos una brecha en la pared protectora de la verdad. Mientras que la brecha permanezca, nuestros corazones serán inundado con dudas, temores y pensamientos condenatorios que Dios nunca quiso que estuviesen –pensamientos que nos robarán tanto nuestra paz como gozo.

Aquí les presento siete mentiras que pueden averiar la pared protectora de la verdad de Dios en nosotros:

No podemos confiar en Dios… cuando la verdad es que Dios es fiel.

Dios está en contra nuestra… cuando la verdad es que Dios está a favor nuestro.

No somos lo suficientemente buenos para ser bendecidos… cuando la verdad es que Cristo es nuestra justicia y que hemos sido bendecidos con toda bendición espiritual en Él.

A Dios cuida más de otros que de nosotros… cuando la verdad es que Dios cuida de nosotros.

Dios realmente no nos ama… cuando la verdad es que Dios nos ama con amor eterno.

Nuestra situación no tiene remedio… cuando la verdad es que con Dios, nada es imposible.

Las cosas nunca cambiarán… cuando la verdad es que Dios hace todas las cosas nuevas.

Si hemos permitido que una mentira del enemigo rompa nuestra pared protectora de la verdad, comencemos a reparar esa brecha hoy.

Rechacemos la mentira y comencemos a depositar los “sacos de arena” de las promesas de Dios en dicha brecha. Pronto, no quedará brecha alguna para que la mentira del enemigo impacte nuestra vida.

Recibamos la limpieza del Señor y permitamos que la sangre de Jesús lave toda contaminación que la mentira haya traído a nuestras vidas. En la medida en que la sangre nos lava, la paz de Dios y el gozo del Señor llenarán nuestros corazones de nuevo.

Roy Lessin, Co-Fundador de las Tarjetas Electrónicas “DaySpring”

Muchos viven de mentiras, pero este es el día para que no aceptes mentiras en tu vida y vivas en la verdad de Dios.

Y edificamos la muralla hasta que toda la muralla estaba unida hasta la mitad de su altura, porque el pueblo tuvo ánimo para trabajar. Nehemías 2:6

Predilectos de Dios

martes, 1 de diciembre de 2009

Cuando nació mi primera hija, la quería tanto que casi me dolía. Tontamente llegué a pensar que no iba a poder querer tanto a nuestro próximo hijo, o que tendría que dividir mi amor entre los dos para ser justa. Pero cuando nació nuestra segunda hija descubrí con alegría que la amaba tan intensamente como a la primera, aunque de una manera única.

Ese descubrimiento me recordó que nuestro gran Dios es capaz de amar a cada uno de sus hijos totalmente sin quitarle amor a ninguno, porque ama a cada uno de manera única. Por tanto, todo creyente que pide ayuda a Dios la recibirá tan completamente como si nadie más necesitara su atención.

En la vida y enseñanza de Jesús encontramos amplia evidencia de esto. En Juan 10, Él declaró que es «el buen pastor» que llama, cuida y conoce a sus propias ovejas por nombre y es conocido por ellas (vv.3,11,14). Jesús entonces comparó esta relación entre pastor y ovejas con la relación que Él disfruta con su Padre (v.15). ¡Qué especiales somos para Él!

En respuesta a aquellos que nos advierten para que no actuemos como si el Señor tuviera predilectos, una vez escuché a un predicador decir: «¡Claro que Dios tiene predilectos! ¡Todos somos sus predilectos!» Como hijos suyos podemos estar seguros de su atención y amor. -
Juan 10:3
y a sus ovejas llama por nombre, y las saca.