Pellas

martes, 30 de junio de 2009

El 21 de Octubre de 1989, Carlos Pellas y su esposa Vivian, tuvieron un grave accidente aéreo. De hecho, ha sido la mayor catástrofe aérea que ha sufrido Centro América. Carlos y Vivian se dirigían desde Managua, Nicaragua a Miami en un Boeing 727 de la aerolínea hondureña SAHSA. Aunque nunca viajaban juntos precisamente por temor a un accidente, ese día lo hicieron por un imprevisto. Ambos estaban en la sexta fila. El avión hacía escala en Tegucigalpa, pero poco antes de llegar a este aeropuerto el aparato se estrelló en el Cerro de Hule.

Solo unas cifras hablan por sí solas de la dimensión de la tragedia: de 158 pasajeros solo sobrevivieron 10, entre ellos Carlos y su esposa Vivian. Dios quiso seguir dando vida a este matrimonio y, al mismo tiempo, ellos supieron aprovechar la ocasión. A pesar de tener una gran parte de su cuerpo quemado, a pocas horas de la catástrofe Vivian ya manifestó su idea de construir un hospital para niños quemados.

Las secuelas fueron importantes. A Vivian hubo que reconstruirle el rostro. Sufrió 62 fracturas, más de 20 cirugías y casi dos años de recuperación. Carlos perdió las falanges de sus cuatro dedos de la mano izquierda- lleva prótesis- y sufrió varias quemaduras en la mano y brazo derecho.

¿Qué aprendió del accidente? ¨Carlos contesta: "La lección más importante de verte frente a la muerte es que identificas tus prioridades más importantes. Uno vive en las cosas urgente y no en las más importantes como el tiempo dedicado a la familia, a Dios, a dejar un legado, etc. Muy poca gente se da cuenta de esto. Solo cuando está al final de sus días"

Hoy Carlos Pellas es un empresario nicaragüense que se ha convertido en un gran visonario. Desde 1980 preside el Grupo Pellas de Nicaragua que lo componen más de 50 empresas, entre ellas el BAC Internacional Bank, El BAC de Centroamérica, Toyota de Nicaragua, la representación absoluta de IBM en Centroamérica , ESTESA cable televisión, la Fabrica de Azúcar Nicaragua Sugar Estates y 7000 hectáreas de cultivo de naranjas junto al río San Juan con 1.400.000 árboles y una producción aproximada de 1.000 millones de naranjas por año, exportando el jugo a Estados Unidos para la Minute Maid.

Pero lo más importante es el trabajo social que hace está pareja luego de su accidente con tres fundaciones: La Asociación Pro niños Quemados de Nicaragua que dirige Vivian Pellas, la American Nicaragua Foundation y el INCAE, institución está que ha formado 14.000 líderes empresariales.

Tomado de la Revista Summa.

En todo esto vemos que no tenemos que detenernos llorando los percances de la vida, sino integrar lecciones y valores que luego nos proyectan con la ayuda de Dios a ser bendición a otros.

Cuando Job hubo orado por sus amigos, El Señor le quitó la aflicción; y aumentó al doble todas las cosas que habían sido de Job. 11Todos sus hermanos, todas sus hermanas y todos los que antes lo habían conocido vinieron a él y comieron pan con él en su casa. Se condolieron de él, lo consolaron de todo aquel mal y cada uno le dio una moneda de plata y un anillo de oro.

El Señor bendijo el postrer estado de Job más que el primero, porque tuvo catorce mil ovejas, seis mil camellos, mil yuntas de bueyes y mil asnas. También tuvo siete hijos y tres hijas. Después de esto vivió Job ciento cuarenta años, y vio a sus hijos y a los hijos de sus hijos, hasta la cuarta generación. Job murió muy anciano, colmado de días.

Job 42:14


No deje morir aquello que vale la pena

¿Se ha preguntado adónde van a parar los restos de los aviones que un día surcaron los aires del mundo y llegan a cumplir su ciclo de vida? Debe ser un lugar muy triste. Grande. Perdido entre centenares de aparatos viejos y láminas inservibles. Verlos agonizar, cuando el sol se oculta en el horizonte, sin duda despierta nostalgia.

En particular los Boeings 727, con capacidad para transportar 173 pasajeros a una velocidad de 600 millas por hora y a una altura de 24 mil pies, son como gigantes dormidos a la espera del día sin tiempo en el que puedan abrir nuevamente los ojos para encumbrarse sobre montañas, ríos y valles, aquellos que se acostumbraron a mirar desde la distancia como águilas que se abalanzan al infinito.

Tom Bennington, un empresario norteamericano, decidió evitar la muerte del fuselaje de estos gigantes pájaros de metal. Vende objetos inverosímiles en la Internet. Por eso optó por transformar los monumentales cilindros en casas para familias numerosas. Aprovecha el área cubierta que es de doce mil pies cuadrados, para alojar una pareja y sus numerosos hijos en condiciones de relativa comodidad.

Es una forma original de asegurar que estos aviones no morirán por siempre. El costo de cada construcción de este género, únicas en el mundo, es cercano a los trescientos cincuenta mil dólares. ¡Un verdadero lujo!.

No dejar morir aquello que ha sido significativo, es una tarea loable. Es tanto como conservar lo que ha servido para edificar, no para destruir. En el caso de nuestra historia son los aviones. Cuando vamos a la Biblia encontramos que aquello que no podemos permitir que perezca, es la entrega decidida y entusiasta a Jesucristo recién comenzamos a caminar con Él.

En la carta del Maestro a la iglesia de Éfeso, tal como lo describe el libro de Apocalipsis, leemos: "Has sido constante, y has sufrido mucho por mi causa, sin cansarte. Pero una cosa tengo contra ti: que ya no tienes el mismo amor que al principio. Por eso recuerda de dónde has caído, vuélvete a Dios y haz otra vez lo que hacías al principio..."(Apocalipsis 2:4, 5. Versión Popular).

Igual su vida cristiana. Es probable que haya menguado. Dejó de orar a Dios, de leer Su Palabra contenida en la Biblia y ni siquiera asiste a la iglesia. ¿Hacia dónde marcha? Hacia un verdadero caos. Hoy es el día de evaluar el curso de su existencia. Es el momento oportuno para retomar aquello que le llevó al crecimiento personal y espiritual. Aún no es tarde. No deje que decaiga su existencia...