
¡La manera en que nos comportamos con los demás demuestra cuánto creemos en Dios!
■Una palabra irresponsable: puede encender discordias.
■Una palabra cruel: puede arruinar una vida.
■Una palabra de resentimiento: puede causar odio.
■Una palabra brutal: puede herir o matar.
■Una palabra amable: puede suavizar las cosas.
■Una palabra alegre: puede iluminar el día.
■Una palabra oportuna: puede aliviar la carga.
■Una palabra de amor: puede curar y dar felicidad.
¡Las palabras son cosas vivas! ¡Bendicen o maldicen, Alientan o abaten, Salvan o condenan!
Mateo 12:36-37
Mas yo os digo que de toda palabra ociosa que hablen los hombres, de ella darán cuenta en el día del juicio. Porque por tus palabras serás justificado y por tus palabras serás condenado.