Los detalles de Miguel Angel

lunes, 3 de agosto de 2009

El gran artista Miguel Angel tardó mucho tiempo en dar los últimos toques a una de sus obras más famosas. Cierto amigo que lo visitaba casi todos los días le preguntaba siempre:
--¿Qué has hecho hoy?
A lo cual el maestro contestaba:
--Hoy he perfeccionado ese detalle en la mano, he mejorado la sombra en aquella arruga, he arreglado la luz en aquella parte del vestido, etcétera.
--Pero esas son bagatelas, dijo un día el visitante.
--Ciertamente, contestó Miguel Ángel; pero la perfección se hace de bagatelas; y la perfección no es una bagatela.

La vida del cristiano está hecha de pequeños detalles, las pequeñas cosas de cada día. No hay cosa tan pequeña que no merezca nuestra atención. Puede parecer una bagatela, pero no olvidemos que de esas bagatelas está hecha la vida, y la vida no es una bagatela.--Tomado de Avivamiento.
Para muchas personas los detalles no cuentan mucho. Ellos viven y piensan en cosas grandes e impresionantes, pero se les olvida que las cosas grandes dependen de pequeños detalles.

Quienes logran cosas grandes en la vida, están conscientes que hay detalles pequeños que no se pueden ignorar. No olvides que en tu casa hay detalles que no se deben ignorar, lo mismo en tu trabajo, en tu vida personal, en tus estudios, es tu vida espiritual. Lo grande de la vida descansa sobre cosas pequeñas.

Sobre las paredes que rodeaban el templo, lo mismo por dentro que por fuera, talló figuras de querubines, palmeras y flores abiertas.I Rey 6:29

"Si Dios hace tan hermosas a las flores, que viven tan poco tiempo, ¿acaso no hará más por ustedes? ¡Veo que todavía no han aprendido a confiar en Dios! Mateo 6:30



La espada de Damocles

Alguna vez ha escuchado la expresión La Espada de Damocles?
Que significa:
Reinaba en Siracusa Dionisio, quien tenía un vasallo y cortesano adulador que se llamaba Damocles.
Se dedicaba particularmente Damocles a pronunciar delante de Dionisio largos discursos acerca de la felicidad de los monarcas. Cansado ya Dionisio, y deseando corregir a su cortesano, hizo un gran banquete y ordenó a Damocles que ocupara el lugar del rey, vestido con ropas reales como si fuese el verdadero rey. Damocles estaba orgulloso de tanto honor.

Pero en lo mejor del banquete, el rey lo interrumpió ordenándole que levantara la vista sobre su cabeza. ¡Y lo que vio Damocles! Una espada filosa y aguda pendía precisamente sobre su cabeza, sostenida apenas por un hilo bastante débil que de un momento a otro podía reventarse. Damocles se llenó de terror, y suplicó al rey que lo librara de semejante peligro. El rey lo hizo con la condición de que Damocles de allí en adelante no volviera a importunarlo con sus adulaciones.

Una cosa es reconocer las virtudes de otros lo cuál es muy bíblico y loable y otra cosa es ser un experto en adulaciones. Cada adulación que sale de nuestros labios es como una espada sobre nuestra cabeza, tarde que temprano se podrá romper el hilo que la sostiene y cortar nuestra propia cabeza. Denigrante es encontrar en los medios políticos quienes adulan al gobernante de turno con un " Sí, Señor Presidente" " Lo que usted diga, Señor Presidente " O hallarlos en la Universidad , el trabajo o aun la Iglesia. Hoy descartemos de nuestra vida la adulación y rescatemos el agradecimiento.

Hacen mal en jactarse. ¿No se dan cuenta de que un poco de levadura hace fermentar toda la masa? Desháganse de la vieja levadura para que sean masa nueva, panes sin levadura, como lo son en realidad. I Cor 5:6,7

Así también la lengua es un miembro muy pequeño del cuerpo, pero hace alarde de grandes hazañas. ¡Imagínense qué gran bosque se incendia con tan pequeña chispa! También la lengua es un fuego, un mundo de maldad. Siendo uno de nuestros órganos, contamina todo el cuerpo y, encendida por el infierno, prende a su vez fuego a todo el curso de la vida. Santiago 3:5,6