Le bajaron los humos

martes, 29 de septiembre de 2009

Un hombre que acababa de ser elegido al Parlamento Británico llevó su familia a Londres. Se sintió importante mientras les contaba de su nuevo empleo y los llevó a hacer un recorrido por la ciudad. Cuando entraron en la Abadía de Westminster, su hija de 8 años se quedó pasmada por el tamaño de la magnífica estructura. Su orgulloso padre le preguntó: «Querida, ¿en qué estás pensando?» Ella contestó: «Papi, estaba pensando en lo grande que eres en nuestra casa, y lo pequeño que te ves aquí.»

Sin saberlo, aquella niña dijo algo que su padre necesitaba escuchar. El orgullo puede infiltrarse en nuestra vida muy fácilmente, y de vez en cuando, es bueno que a uno «le bajen los humos». Necesitamos recordar que no hemos de tener un concepto de nosotros más alto que el debido (Romanos 12:3). Es fácil llegar a ser orgulloso cuando nos quedamos en nuestros propios círculos de la vida. Pero cuando nos arrojan en situaciones más grandes, con mayores demandas, presiones y competencia, nos impactamos al darnos cuenta de que los peces grandes de lagunas pequeñas se encogen rápidamente en un océano grande.

Santiago dijo: «Dios resiste a los soberbios pero da gracia a los humildes» (4:6). Así que pidamos al Señor que nos ayude a vernos como realmente somos. Con su ayuda, aprenderemos a deshacernos del necio orgullo. -Richard De Haan

. . digo . . . a cada uno de vosotros que no piense más alto de sí que lo que debe pensar. . . . -Romanos 12:3.



Mas alla de la riqueza y el poder

lunes, 28 de septiembre de 2009

En 1923, un pequeño grupo de los hombres más ricos del mundo se reunieron en el Hotel Edgewater Beach de Chicago, Illinois. Eran la elite de la riqueza y del poder. En aquel tiempo, ellos controlaban más dinero que la cantidad total existente en el Tesoro de los Estados Unidos. Esta es una lista de los que estuvieron allí y lo que a la larga les ocurrió:



Schwab, presidente de la industria independiente de acero más importante: murió en la bancarrota.


Arthur Cutten, el más grande de los especuladores de trigo: murió insolvente en el extranjero.


Richard Witney, presidente de la Bolsa de Valores de Nueva York: murió poco después de ser puesto en libertad de la prisión de Sing Sing.


Albert Fall, miembro del gabinete de un presidente de los Estados Unidos: se le indultó de la prisión para que muriera en su hogar.


Jess Livermore, el «oso» más grande de Wall Street: se suicidó.


Leon Fraser, presidente del Bank of International Settlements: se suicidó.


Ivar Kreuger, jefe del monopolio más grande del mundo: se suicidó.

Hasta el millonario griego, Aristóteles Onassis, que conservó su riqueza y murió a edad avanzada, reconoció que el dinero no es equivalente al éxito.

El sostuvo que «después que llegas a cierto punto, el dinero pierde importancia. Lo que importa es el éxito».

Tomado de El mapa para alcanzar el éxito. John Maxwell.

Qué es el éxito en realidad? No es dinero, no es poder. El verdadero éxito es vivir de acuerdo a los principios de Dios. Cuando nuestra vida se alinea a los principios eternos, entonces nos movemos en el verdadero camino de Dios. Deja hoy de moverte en la vanidades del mundo y comienza dar pasos en el camino de Dios.

La vida tiene un precio muy alto: ¡ningún dinero la puede comprar! Salmo 49:8

No pongan su confianza en el dinero mal ganado; no se hagan ilusiones con el fruto de sus robos. ¡No vivan sólo para hacerse ricos! Salmo 62:10

El que siempre quiere tener más hace daño a su familia, pero el que no vende su honradez a cambio de dinero, tendrá una larga vida. Prov 15:27


El sueño de Ford

domingo, 27 de septiembre de 2009

El pionero de la industria automotriz y visionario Henry Ford dijo: «Todo el secreto de una vida exitosa es descubrir qué estamos destinados a hacer, y luego hacerlo».

El sueño de Ford nació de su interés por todo lo que fuera mecánico. Desde su niñez tuvo la pasión por estudiar y reparar maquinarias. Aprendió por cuenta propia sobre máquinas de vapor, relojes y motores a combustión. Viajó por el campo haciendo reparaciones gratuitas, solo para poner sus manos en alguna maquinaria. Se hizo mecánico y relojero. Trabajó como ingeniero nocturno en la Detroit Edison Company. Ford se sentía intrigado por la idea del automóvil y le dedicó más y más atención a esto. En 1896, construyó su primer automóvil en el cobertizo trasero de su casa. Luego de esto, siguió pensando en cómo mejorar sus esfuerzos, y estudió el trabajo de otros constructores de coches, incluyendo a Ransom E. Olds, quien construyó el primer Oldsmobile en el 1900.

De su amor por las maquinarias y su curiosidad por el automóvil creció el sueño de Ford: la creación de un automóvil de bajo costo y de producción masiva. Hasta ese momento, los nuevos coches sin caballos eran un costoso artículo de lujo, solo al alcance de los ricos. Pero Ford estaba decidido a poner el automóvil al alcance de la persona común. En 1899, ayudó en la formación de la Detroit Motor Company. Pero cuando sus compañeros de organización pusieron obstáculos a la idea de fabricar su producto en forma económica para venderlo en forma masiva, dejó la empresa.

Sin embargo, mantuvo su sueño, y finalmente sus esfuerzos rindieron fruto. En 1903, organizó la Ford Motor Company y comenzó a producir el modelo T. El primer año la nueva compañía produjo seis mil autos. Pero ocho años más tarde producía más de 500.000. Además se las arreglaron para reducir el precio inicial de venta de US$850 a solo $360. El sueño de Ford era una realidad.

Quien tiene un sueño conoce a lo
que tiene que renunciar con
el propósito de avanzar.

Tomado del libro : El mapa para alcanzar el éxito. Jhon C Maxwell

Cuál es el sueño que te quita el sueño en tu vida? Hacía donde te diriges? Recuerda, los mejores sueños son los que Dios siembra en tu corazón, porque ellos siempre se convierten en realidad.
«El mundo de un ciego está limitado a lo que toca; el mundo del ignorante queda dentro de los límites de su conocimiento; el mundo de un gran hombre por los límites de su visión». Si su visión--su sueño--es grande, así será su potencial para el éxito. Paul Jovey

Y tuvo un sueño, y he aquí, había una escalera apoyada en la tierra cuyo extremo superior alcanzaba hasta el cielo; y he aquí, los ángeles de Dios subían y bajaban por ella. Génesis 28:12

Después José tuvo otro sueño, y se lo contó a sus hermanos. Les dijo:Tuve otro sueño, en el que veía que el sol, la luna y once estrellas me hacían reverencias. Génesis 37:9

Y ellos le respondieron: Hemos tenido un sueño y no hay nadie que lo interprete. Entonces José les dijo: ¿No pertenecen a Dios las interpretaciones? Os ruego que me lo contéis. Gen 40:8