Solo sus manos

miércoles, 9 de septiembre de 2009

Jennifer acababa de escuchar un informe perturbador acerca de un aumento en los casos de depresión entre las mujeres. El informe citaba un incremento del alcoholismo relacionado con la depresión y una mayor dependencia en las drogas que requieren prescripción médica.

"Y, ¿qué estás haciendo al respecto, Señor?" --oró Jennifer. Pero mientras más lo pensaba, más sentía que Dios le estaba pidiendo a ella que hiciese algo. Sin embargo, todo lo que podía ver eran sus propias limitaciones.

Para ayudarse a meditar sobre el asunto hizo una lista de algunas de las razones que le impedían tomar acción: timidez, temor de involucrarse, falta de tiempo, un corazón indiferente, sensación de no ser adecuada, temor al fracaso ¡una lista de cobardías!

Cuando terminó de hacer su lista era hora de recoger a los niños en la escuela. Se puso su abrigo y fue a buscar sus guantes. Los guantes estaban allí tirados, flácidos e inútiles hasta que ella deslizó las manos dentro. En ese momento se dio cuenta de que Dios no quería que pensase en sus limitaciones. Más bien quería poner Su poder en las manos de Jennifer y obrar por medio de ella, tal como los guantes se hacían útiles cuando ella entraba las manos.

¿Por qué nos sentimos inadecuados para la obra que Dios nos ha dado? Él quiere amar a los demás por medio de nosotros, "según el poder que actúa en nosotros" (Ef. 3:20).

El llamamiento de Dios a una tarea incluye la fortaleza para llevarla a cabo.

Tomado de Nuestro Pan Diario
Efesios 3:20
Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros.






Leccion de una abeja

martes, 8 de septiembre de 2009

Hace años puse un panal de abejas para alimentar a algunas de ellas que tenían una colmena a poca distancia. Para comenzar el proceso capturé una abeja en un vaso, la coloqué sobre el panal, y esperé hasta que la abeja descubriera el tesoro. Cuando estuvo llena y satisfecha, voló directamente a la colmena. Después de un momento, la abeja regresó con una docena de abejas más. Éstas, a su vez, trajeron muchas más, hasta que finalmente un enjambre de abejas cubrió el panal. Al poco tiempo habían transportado toda la miel a la colmena.

¡Qué lección para nosotros! ¿Estamos hablándoles a los demás de Aquel a quien encontramos? Cristo nos ha encargado la proclamación de las «buenas nuevas». ¿Debemos nosotros, los que hemos encontrado miel en la Roca -Jesucristo- ser menos considerados con los demás que las abejas?

Los cuatro leprosos que se sentaron fuera de la puerta de Samaria, después que encontraron comida en las tiendas de los sirios que habían huido por la noche, comunicaron las buenas nuevas. Se dijeron unos a otros: «No estamos haciendo bien. Hoy es día de buenas nuevas, pero nosotros estamos callados. . . . Vamos pues, ahora, y entremos a dar la noticia a la casa del rey» (2 Reyes 7:9).
Salmo 107:2
Díganlo los redimidos del Señor. . . .





¿ Cual es el punto ?

domingo, 6 de septiembre de 2009

¿Cuál es el punto? Esa pregunta me vino a la mente mientras observaba al perro de mi nieto buscar y traerme una pelota una y otra vez.

¿Cuál es el punto? Eso es lo que el autor de Eclesiastés preguntó mientras pensaba en el monótono ciclo que observaba en la naturaleza y en la vida: las mismas cosas sucediendo año tras año, generación tras generación.

¿Cuál es el punto? Eso es lo que un hombre de negocios jubilado preguntaba, en efecto, cuando me dijo que prefería morir que vivir más tiempo. Había visto y hecho todo lo que había querido. Había llegado a un momento en que la vida le daba más dolor que placer.

¿Cuál es el punto? He aquí el punto. Unos cuantos años antes de que muriera un amigo mío dijo: «La vida es una experiencia maravillosa. Es magnífico ver que Dios mantiene la naturaleza funcionando en su patrón. Es maravilloso saber que estamos aquí para amar a Dios por encima de todas las cosas y amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos. Es consolador creer que todos nuestros pecados están perdonados por lo que Cristo hizo en la cruz. Y es emocionante pensar en la eternidad que Dios tiene para nosotros. Ciertamente que es fantástico estar vivo.»

La vida puede ser deprimente cuando se deja a Dios afuera. pero ¡qué emocionante es cuando Él está en el centro de la misma!