Salva Tu Vida

miércoles, 13 de mayo de 2009

José Ton se escapó de su nativa Rumania para estudiar teología en Oxford. Al prepararse para regresar a su madre patria después de su graduación, le contó sus planes a varios estudiantes. Ellos le señalaron con toda franqueza que probablemente iba a ser arrestado al llegar a la frontera. Uno le preguntó: "Si te arrestan, ¿qué posibilidades tendrías de ser predicador? " Ton le preguntó a Dios acerca de esto y le fue recordado :

Mateo 10:16 "Mirad, yo os envío como ovejas en medio de lobos".

Él pensó: ¿Qué posibilidad tiene una oveja de sobrevivir, mucho menos convertir a los lobos? Sin embargo, Jesús los envió y no sólo esperó que sobreviviesen, sino que cumpliesen con su misión.

Regresó y predicó hasta el día de su arresto. Al ser interrogado por los oficiales, José dijo: "Su arma suprema es matarme, la mía es morir. Mis sermones están ahora circulando por todo el país grabados en cintas. Si me matan ahora, el que las escuche dirá: "Debe ser verdad". Este hombre selló sus palabras con su sangre. Las cintas grabadas hablarán diez veces más fuerte que antes, por lo tanto, mátenme. Yo obtengo la victoria suprema". ¡El oficial lo mandó a su casa!

Cuando José pensó en salvar su vida, estuvo en peligro de perder su misión. Cuando no le importó perderla, no solo salvó su vida, sino también su libertad.

El mundo solo quiere lo mejor de usted, pero Dios quiere todo de usted.

Marcos 8:35
Porque el que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su vida por causa de mí y del evangelio, la salvará.

La verdad es un lazo

lunes, 11 de mayo de 2009

Preparando una cena especial, una mujer se detuvo en una pequeña carnicería para comprar carne. Había decidido rellenar un pollo y asarlo, como plato principal. Cuando le pidió al hombre de la carnicería que le diese el pollo más grande que tuviese, este sacó del compartimiento refrigerado el último pollo que tenía y lo colocó sobre la balanza.

-Este pesa un kilo ochocientos, señora -le dijo.

La mujer pensó unos momentos y luego dijo:

-No estoy segura que alcance. ¿No tiene uno más grande?

El dependiente devolvió el pollo al compartimiento, simuló que buscaba entre el hielo que se derretía y sacó el mismo pollo. Esta vez, mientras lo pesaba en la balanza, aplicó disimuladamente un poco de presión con sus dedos.

-Ah, -dijo, con una sonrisa-, este pesa dos kilos setecientos.

La mujer frunció el ceño, y haciendo algunos cálculos mentales, dijo sonriente:

- No estoy muy segura. Mejor, ¡envuélvame los dos!

La verdad es un lazo, no una cinta elástica.
Proverbios 19:5
El testigo falso no quedará sin castigo, el que cuenta mentiras no escapará.







Eres uno de Nosotros

domingo, 10 de mayo de 2009

Esta bien, a veces tampoco sé por qué actúo así. Eres parte de nuestro grupo, y te apoyamos.

Con sólo esta declaración, la tensión se esfumó de la habitación, y otros adolescentes expresaron su respaldo a Sara.

El escenario era una reunión comunitaria de adolescentes en una instalación de tratamiento de salud mental. Sara sufría de esquizofrenia crónica y a menudo no comprendía sus acciones ni tenía control sobre ellas. La tarde anterior, luego de regresar de una visita a su casa, encendió un pequeño fuego en su baño y causó problemas mayores en la unidad, incluyendo la evacuación y cancelación de las actividades programadas.

A la mañana siguiente, el personal y los pacientes se reunieron para lidiar con los inconvenientes causados por las acciones de Sara y el disgusto que estas provocaron entre el resto de los adolescentes. Casi por una hora, ella permaneció callada, mientras todos intentaban que diera una explicación. Sara evadía las miradas de todos.

Sin embargo, cuando Sam, otro paciente, vino a la habitación, se arrodilló ante ella, miró su rostro y le expresó su respaldo, ella reaccionó. Explicó cómo su madre se había transformado en iracunda para con ella y le gritaba: "¿Por qué no dejas de ser esquizofrénica?"

-Yo quería morir, por eso inicié el fuego -dijo Sara con voz apenas audible.

Ella no pensó en el peligro. La disposición de Sam a perdonarla a pesar de su error en pleno juicio, ofreció protección a Sara para derramar su corazón ante el grupo.

Son los "Sams" de este mundo, quienes nos hacen una comunidad por causa del perdón y la compasión que proyectan.

Efesios 4:32
Sed más bien amables unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros.