La verdad es un lazo

lunes, 11 de mayo de 2009

Preparando una cena especial, una mujer se detuvo en una pequeña carnicería para comprar carne. Había decidido rellenar un pollo y asarlo, como plato principal. Cuando le pidió al hombre de la carnicería que le diese el pollo más grande que tuviese, este sacó del compartimiento refrigerado el último pollo que tenía y lo colocó sobre la balanza.

-Este pesa un kilo ochocientos, señora -le dijo.

La mujer pensó unos momentos y luego dijo:

-No estoy segura que alcance. ¿No tiene uno más grande?

El dependiente devolvió el pollo al compartimiento, simuló que buscaba entre el hielo que se derretía y sacó el mismo pollo. Esta vez, mientras lo pesaba en la balanza, aplicó disimuladamente un poco de presión con sus dedos.

-Ah, -dijo, con una sonrisa-, este pesa dos kilos setecientos.

La mujer frunció el ceño, y haciendo algunos cálculos mentales, dijo sonriente:

- No estoy muy segura. Mejor, ¡envuélvame los dos!

La verdad es un lazo, no una cinta elástica.
Proverbios 19:5
El testigo falso no quedará sin castigo, el que cuenta mentiras no escapará.







Eres uno de Nosotros

domingo, 10 de mayo de 2009

Esta bien, a veces tampoco sé por qué actúo así. Eres parte de nuestro grupo, y te apoyamos.

Con sólo esta declaración, la tensión se esfumó de la habitación, y otros adolescentes expresaron su respaldo a Sara.

El escenario era una reunión comunitaria de adolescentes en una instalación de tratamiento de salud mental. Sara sufría de esquizofrenia crónica y a menudo no comprendía sus acciones ni tenía control sobre ellas. La tarde anterior, luego de regresar de una visita a su casa, encendió un pequeño fuego en su baño y causó problemas mayores en la unidad, incluyendo la evacuación y cancelación de las actividades programadas.

A la mañana siguiente, el personal y los pacientes se reunieron para lidiar con los inconvenientes causados por las acciones de Sara y el disgusto que estas provocaron entre el resto de los adolescentes. Casi por una hora, ella permaneció callada, mientras todos intentaban que diera una explicación. Sara evadía las miradas de todos.

Sin embargo, cuando Sam, otro paciente, vino a la habitación, se arrodilló ante ella, miró su rostro y le expresó su respaldo, ella reaccionó. Explicó cómo su madre se había transformado en iracunda para con ella y le gritaba: "¿Por qué no dejas de ser esquizofrénica?"

-Yo quería morir, por eso inicié el fuego -dijo Sara con voz apenas audible.

Ella no pensó en el peligro. La disposición de Sam a perdonarla a pesar de su error en pleno juicio, ofreció protección a Sara para derramar su corazón ante el grupo.

Son los "Sams" de este mundo, quienes nos hacen una comunidad por causa del perdón y la compasión que proyectan.

Efesios 4:32
Sed más bien amables unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros.





El arenero

viernes, 8 de mayo de 2009

Una vez, cuando tenía cinco años, fui a un parque local con mi mamá. Mientras jugaba en el arenero, vi a un niño de mi edad en silla de ruedas. Me acerqué a él y le pregunté si podía jugar. Ya que tenía sólo cinco años, no entendía por qué el niño no entraba en el arenero y jugaba conmigo. Me tomé mi cubeta, recogí toda la arena que pude y la puse en sus piernas. Después agarré unos juguetes y también los puse en sus piernas.

Mi mamá corrió hacia mí y dijo: "¿Lucas, por qué hiciste eso?"

La miré y le dije: " Él no podía jugar en el arenero conmigo, así que le traje arena. Ahora podemos jugar juntos en la arena".
Lucas Parker

Espero vivir solamente una vida. Entonces, si hay algo de bondad que pueda mostrar, o algo bueno que pueda hacer por alguien, déjenme llevarlo a cabo ahora, sin demora ni descuido, ya que no volveré a pasar por aquí.
William Penn

Gálatas 5:22-23
Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.