Paisajes

martes, 2 de febrero de 2010

El entorno de un hogar es casi siempre muy personal y refleja el gusto individual de los propietarios. Hacer que el exterior refleje al propietario es un talento singular que tienen en común los arquitectos, paisajistas y los aficionados a la jardinería. Admiran tanto su trabajo que los amigos y vecinos van hasta allí, toman fotos y tratan de copiar lo que crearon esos talentosos artistas del paisajismo.

El paisajismo es sin duda un arte, pero también es mucho más. Esos lugares tan singulares y atractivos dicen algo sobre el propietario. Expresan sus preferencias, permiten conocer lo que él aprecia y que es digno de todos los esfuerzos para crearlo.

La mayoría de los jardineros te dirán que aunque les gusta mucho la jardinería, es todavía trabajo. Involucra la inversión de dinero, tiempo y mucho trabajo para crear los resultados deseados. Durante uno o dos años, un jardín bien cuidado requiere tanta atención y dedicación como un nuevo bebé. No obstante, si estás dispuesto a seguir las direcciones, invertir en los materiales necesarios, nutrir y regar las plantas del jardín y arrancar las hierbas malas, puedes esperar un precioso jardín. Hace falta preparación y dedicación... y muchísimo trabajo duro.

La manera en que vivimos nuestra vida física también expresa lo que somos y apreciamos. Se requiere preparación, nutrición de la Palabra y constante atención a las malas hierbas de nuestra vida diaria a fin de crear un bello y satisfactorio paisaje espiritual.

Una espina de experiencia vales más que todo un terreno de advertencia. James Russell Lowell

1 Corintios 15:58
Mis queridos hermanos, manténganse firmes, e inconmovibles, progresando siempre en la obra del Señor, conscientes de que su trabajo en el Señor no es en vano.




Los Lentes del Alma

lunes, 25 de enero de 2010

Paula, una joven de escasos 12 años, visitaba por primera vez al optómetra , el cual le diagnosticó miopía en ambos ojos.

- Sientes que no puedes ver bien de lejos, Paula. - dijo el doctor.
- Sí, se me dificulta mucho hacerlo.- afirmó Paula
- Te sientes muy mal por esto, verdad ?- dijo el doctor
- Sí, lo que más me afecta es que no puedo distinguir a cierta distancia el rostro de algunas personas, ni observar de lejos el amanecer, las cosas se me vuelven cada vez más borrosas, y todo a mi alrededor parece tan confuso - afirmó Paula, triste y preocupada por lo que le ocurría.
- Bueno, para esto hay solución, te formularé unos lentes de acuerdo a tu problema, para que los utilices permanentemente, y esto te ayudará a ver mejor.

Pasados unos días, Paula, volvió nuevamente donde el doctor para reclamar sus lentes nuevos, y al colocárselos miró sorprendida por la ventana de aquel consultorio.
- Oh, qué maravilloso!, por fin puedo ver !

El doctor orgulloso por la labor cumplida, le pregunto:
- Qué observas Paula ?
- Veo todas las cosas como son realmente, puedo distinguir el rostro de las personas, veo los bellos colores de las flores, puedo leer a largas distancias, pero lo que más me gusta es que puedo ver más claro mi horizonte y ya no es confuso como antes.

Así como Paula habemos muchos que tenemos enfermos los ojos del alma, del corazón, tal vez con el mismo diagnostico de la "miopía espiritual", la cual nos ciega, y no nos permite ver mas allá de nuestros problemas y dificultades.

Por eso, el mejor médico del alma es Dios, que con su amor y su paciencia, nos da la bendición de su espíritu y una nueva forma de ver las cosas.

Si tu horizonte lo ves opaco por las desesperanzas ocurridas, si las personas te defraudan porque no puedes distinguir sus verdaderas intenciones, si pareciera que no vieras el peligro que hay a tu alrededor, si todo es tan confuso, si no miras el futuro con optimismo y tenacidad, si no sabes quién eres ó cuánto vales y por eso no distingues la luz que hay dentro de ti, por lo borroso que están tus ojos de llorar y de sufrir por los fracasos, entrega tu vida a Jesús , el mejor médico que puede darle "lentes a tu alma"

Autor : Julie Pauline Escorcia, Colombia

Apoc 3:18 Por tanto, yo te aconsejo que de mí compres oro refinado en fuego, para que seas rico, y vestiduras blancas para vestirte, y que no se descubra la vergüenza de tu desnudez; y unge tus ojos con colirio, para que veas.




Cada Uno en un Riel

domingo, 24 de enero de 2010

En cierta ocasión unos niños paseaban por el bosque cuando descubrieron una línea de ferrocarril abandonada. Uno de los niños saltó a uno de los rieles y trató de caminar por él. Después de unos cuantos pasos, perdió el equilibrio. Otro trató de hacer lo mismo, y también se cayó. Los demás se rieron.

«Apuesto a que ustedes tampoco pueden», le dijo a los demás uno de los que había hecho el intento. Uno por uno los demás niños lo intentaron pero todos fallaron. Hasta el mejor deportista del grupo no pudo dar más de una docena de pasos antes de caer fuera del riel.

Entonces dos niños comenzaron a hablarse al oído y uno de ellos lanzó el siguiente desafío: «Yo puedo caminar todo lo que quiera por el riel, y él también», les dijo, señalando a su compañerito.«No, tú no puedes», le dijeron los demás.

«¡Apuesto un dulce a cada uno que sí puedo!», les respondió. Los demás aceptaron.

Entonces los niños subieron cada uno a un riel, extendieron un brazo, se tomaron fuertemente de las manos y empezaron a caminar por toda la vía.
Como individuos no hubieran podido hacerlo, pero trabajando juntos no les fue difícil alcanzar la victoria.

El poder de la colaboración es la multiplicación.

Tomado de Maxwell, J. C. 2001; 2003. Las 17 Cualidades Esenciales de un Jugador de Equipo; The 17 Essential Qualities of a Team Player . Thomas Nelson, Inc.

A veces en la vida solos no podemos y entonces es cuando necesitamos la mano del otro. La vida no es para vivirla solos, es para vivirla en compañia y juntos poder avanzar el resto del camino. Muchos pierden de vista este principio y no saben vivir en armonía y equipo en sus familias, trabajos, universidades o en la misma Iglesia. Vamos!! No sigamos solos. Juntos, Tú y yo podremos caminar entre los rieles de la vida.
Me fijé entonces en otro absurdo en esta vida:

Ví a un hombre solitario, sin hijos ni hermanos, y que nunca dejaba de afanarse; ¡jamás le parecían demasiadas sus riquezas! «¿Para quién trabajo tanto, y me abstengo de las cosas buenas?», se preguntó. ¡También esto es absurdo, y una penosa tarea!

Más valen dos que uno, porque obtienen más fruto de su esfuerzo. Si caen, el uno levanta al otro. ¡Ay del que cae y no tiene quien lo levante!

Si dos se acuestan juntos, entrarán en calor; uno solo ¿cómo va a calentarse?

Uno solo puede ser vencido, pero dos pueden resistir. ¡La cuerda de tres hilos no se rompe fácilmente! Eclesiastes 4:7-12