Un Jarrón de buenas intenciones

sábado, 16 de mayo de 2009

En una tira cómica de Rabanitos, de Charles Schulz, Marcie regala unas flores a su maestra. Para no quedarse atrás, Peppermint Patty dice a la maestra: «Yo pensé en hacer lo mismo, señora, pero nunca lo hice. ¿Le sería útil un jarrón lleno de buenas intenciones?»

Todos hemos tenido intenciones de hacer algo bueno pero no lo hemos hecho. Tal vez querramos hacer una llamada para ver cómo está un amigo, o visitar a un vecino enfermo, o escribir una nota de aliento a un ser querido. Pero no sacamos el tiempo para hacerlo.

Algunas personas saben que Jesucristo es el único camino al cielo y piensan confiar en Él un día. Sin embargo, se la pasan posponiéndolo. Puede que tengan buenas intenciones, pero eso no da salvación.

Tal vez como cristianos digamos que queremos estar más cerca del Señor, pero de alguna manera no sacamos el tiempo para leer la Palabra de Dios ni orar.

Santiago tiene palabras fuertes acerca de este problema de no hacer nada: «A aquel, pues, que sabe hacer lo bueno y no lo hace, le es pecado» (4:17).




Cuando pensaste que yo no estaba mirando

viernes, 15 de mayo de 2009

Cuando pensaste que yo no estaba mirando, colgaste mi primer dibujo en el refrigerador, y deseé pintar otro.

Cuando pensaste que yo no estaba mirando, alimentaste a un gato callejero, y yo pensé que era bueno ser amoroso con los animales.

Cuando pensaste que yo no estaba mirando, horneaste un pastel de cumpleaños para mí, y supe que los detalles son cosas especiales.

Cuando pensaste que yo no estaba mirando, pronunciaste una oración, y creí que había un Dios a quien siempre podría hablarle.

Cuando pensaste que yo no estaba mirando, me diste un beso de buenas noches, y me sentí amado.

Cuando pensaste que yo no estaba mirando, vi que corrían lágrimas de tus ojos, y aprendí que algunas veces las cosas duelen; pero que está bien llorar.

Cuando pensaste que yo no estaba mirando, sonreíste, y eso me hizo desear ser bonita así también.

Cuando pensaste que yo no estaba mirando, me cuidaste, y deseé ser lo máximo que pudiera llegar a ser.

Cuando pensaste que yo no estaba mirando... miré... y quise darte las gracias por todas esas cosas que hiciste cuando pensaste que yo no estaba mirando.

María Rita Schilke

Proverbios 31:10
Mujer virtuosa, ¿quién la hallará?
Porque su estima sobrepasa largamente a la de las piedras preciosas.

Proverbios 31:28, 29
Se levantan sus hijos y la llaman bienaventurada; Y su marido también la alaba.
Muchas mujeres hicieron el bien; mas tu sobrepasas a todas.


Con mi corazon y mis manos

jueves, 14 de mayo de 2009

Meditaba en su cuarto de estudio un predicador, buscando una ilustración sobre el amor.

De pronto entró en el cuarto su hijita pequeña, diciendo:
-Papá, siéntame un poco sobre tus rodillas.
-No, hijita, no puedo ahora; estoy muy ocupado -contestó el padre.
-Quisiera sentarme un momento en tus rodillas, súbeme, papá -dijo ella.

El padre no pudo negarse a una súplica tan tierna, y tomó a la niña y la subió a sus rodillas, y dijo:
-Hijita mía, ¿quieres mucho a papá?
-Sí que te quiero -contesta la niña-, te quiero mucho, papá.
-¿Cuánto me quieres, pues? -preguntó el padre.
La niña colocó sus manecitas en las mejillas de su padre, y apretándolas suavemente, contestó con afecto:
-Te quiero con todo mi corazón y con mis dos manos.

Esta respuesta encerraba en pocas palabras lo que debe entenderse por una dedicación completa, y dio al predicador el ejemplo que buscaba.

A veces no tenemos palabras para expresar cuanto es el amor que sentimos por alguien, pero aun con todo eso, podemos echar mano de la imaginación del niño para expresar lo que sentimos.

Dios quiere que le amemos a él con todo el corazón y con las dos manos...pero que amemos a quienes nos rodean, con todo el corazón y con las dos manos.

Génesis 24:18
Sírvase, mi señor le respondió.Y en seguida bajó el cántaro y, sosteniéndolo entre sus manos, le dio de beber.

Génesis 49:24
Más su arco se mantuvo poderoso, Y los brazos de sus manos se fortalecieron Por las manos del Fuerte de Jacob.

Éxodo 29:24
y lo pondrás todo en las manos de Aarón, y en las manos de sus hijos; y lo mecerás como ofrenda mecida delante de Dios.